Y, en función de todo lo percibido, se determina dónde están las raíces de su problema planteado y se diseña la manera más adecuada y rápida para resolver ese motivo de consulta.

El trabajo es muy focalizado en lo que el paciente quiere resolver y los cambios alcanzados son definitivos.

Las sesiones pueden ser en formato online o presencial aunque la presencialidad acorta los tiempos de trabajo en algunos casos porque permite aplicar algunas técnicas que se dificultan en la modalidad online. De todas formas se pueden tomar sesiones virtuales y, en caso de ser necesario, coordinar para algunas sesiones presenciales para aplicar algunas técnicas.

Es una terapia donde se trabaja con mucha profundidad para resolver de fondo los problemas que aquejan al paciente. En cuanto a la frecuencia de los encuentros, es recomendable tomar sesiones cada 10 o 15 días. De todos modos la frecuencia depende del estado del paciente.